Si hay una práctica en legaltech que tiene todas las papeletas para convertirse en la principal tendencia en 2022 es la automatización documental. Están convencidos de ello Alejandro Touriño, presidente de la Sección TIC del Colegio de Abogados de Madrid y socio director de Écija, y Eva Bruch, consultora en transformación digital y socia de Alterwork.
“Se va a consolidar toda la parte de automatización de documentos. Ha tenido un acelerón importante este último año y los despachos le están viendo la utilidad”, asegura Bruch. Esta práctica es un ejemplo de cómo las tecnologías deben ayudar en el día a día, descargando a los abogados de las tareas más repetitivas para que puedan concentrarse en las de más valor.
Otra tendencia importante, en opinión de Eva Bruch, será “la revisión de los sistemas ERP de los despachos”. ERP es un acrónimo que significa ‘planificación de recursos empresariales’, por sus siglas en inglés. Es decir, un software de gestión de procesos empresariales. Y, a partir de su experiencia, Bruch augura que también serán cada vez más importantes los sistemas de seguimiento automático del tiempo que se dedica a cada tarea.
Touriño enumera varias tendencias para el próximo año relacionadas con la gestión: Contract Lifecycle Management (es decir, la gestión del ciclo de vida del contrato); Matter Management (literalmente, ‘gestión de asuntos’); Spend Management (de los gastos) o Time Management (del tiempo). Todas, centradas en mejorar la gestión de distintos aspectos del negocio para mejorar la eficiencia y ahorrar costes.
Otras tecnologías de las que llevamos mucho tiempo escuchando hablar, como la inteligencia artificial, irán poco a poco cobrando una mayor relevancia en el día a día de los despachos. En opinión de Bruch “se están usando ya, pero introducidos en soluciones tecnológicas prediseñadas. Por ejemplo, en soluciones de analítica jurisprudencial”. Y, en menor medida, hay despachos que están utilizando sistemas de respuestas inteligentes basadas en algoritmos de inteligencia artificial.
Por su parte, Alejandro Touriño confirma que, a pesar de la irrupción de tecnologías avanzadas, “las más utilizadas por los abogados en 2022 seguirán siendo algunas que no tendrán el sesgo de ‘nuevas’”, como el correo electrónico, los procesadores de texto o los gestores de documentos. “Blockchain, inteligencia artificial, machine learning, deep learning… tendrán que aguardar, seguramente”, lamenta. “El análisis del estado de la industria legaltech en España nos deja siempre un sabor agridulce, porque hay un gran apetito de legaltech tanto en el sector público como en el privado pero todavía queda mucho por hacer”, añade.
Y es que la implantación de la tecnología es muy desigual y varía mucho de un despacho a otro. Depende mucho de las necesidades de cada bufete, coinciden los expertos. Por ejemplo, explica Touriño, “los procesalistas precisan de herramientas adecuadas para la gestión de pleitos, para la búsqueda de jurisprudencia y para la automatización de la redacción de escritos procesales. Por su parte, las firmas mercantilistas precisan de capacidades tecnológicas que les permitan automatizar las due diligences”.
Eva Bruch admite que los procesos de implantación de nuevas tecnologías “son molestos, porque hay que revisar las forma de trabajar, los documentos, los procesos, acostumbrar a la gente a nuevos sistemas…” y llevan tiempo, pero también son beneficiosos. “Es una inversión que haces una vez y te sirve para los siguientes 20 años”, explica.
Y una última cuestión: respecto a las carencias de los despachos en materia tecnológica, una de las principales es la infrautilización de la misma. “Es cierto que hay despachos que no tienen nada, pero lo que estamos viendo sobre todo son despachos que sí tienen tecnología y la están infrautilizando”, subraya Bruch. Dos son, en su opinión, los principales obstáculos para que no se implementen estas tecnologías: por un lado, la falta de recursos económicos para contratar a alguien que les dé soporte en esto y por otro la propia falta de tiempo.