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Justicia Gratuita

Letrada del Colegio de la Abogacía de Cantabria desde 2010, Andrea Martínez Díaz ejerce en el Turno de Oficio desde 2015. Su especialidad es la asistencia al detenido y los casos de violencia de género.

¿Por qué decidió apuntarse al Turno de Oficio?

Cuando terminé la carrera estaba muy ilusionada con poner en práctica todos los conocimientos adquiridos. Y en el Turno de Oficio, sobre todo realizando las guardias, ves el día a día de la sociedad, y con mi preparación quería contribuir, en la medida de lo posible, a ayudar a las personas que lo necesitaban.

 ¿Cómo cree que los clientes de la Justicia Gratuita perciben su trabajo?

No todos los clientes son igual de agradecidos con el trabajo que desempeñamos, percibo que piensan que si te pagan por ello lo podrías hacer mejor y eso no es así. En temas civiles los clientes son más agradecidos y creo que valoran un poco más nuestro trabajo. Sin embargo, en temas penales hay más diversidad.

En mi caso, ya sea un asunto de oficio o particular, me implico al 100% con la misma dedicación, profesionalidad y diligencia. Los clientes que he atendido en el turno de oficio y que han valorado mi trabajo, posteriormente han vuelto a contactar conmigo para que les asista y ayude en otros temas judiciales, y eso es muy gratificante.

 ¿Qué es lo que le aporta su trabajo en este servicio público de la justicia?

Una colaboración social. Me complace ayudar a personas que necesitan acudir a la Justicia Gratuita para que alguien les tienda una mano porque, desgraciadamente, no pueden costearse un abogado particular. Mi trabajo en este servicio público de Justicia Gratuita es una pequeña contribución a la sociedad, pero una gran ayuda y apoyo para el justiciable.

 ¿Piensa que los casos en los que interviene un abogado de oficio reciben la misma atención por parte de los juzgados que el resto de los casos?

Por lo general sí, además, es así como debe ser, con independencia de que sea del Turno de Oficio o particular. Todos los asuntos judiciales deben ser tratados con la misma atención, dedicación, estudio y tramitación.

 ¿Qué caso de oficio le viene a la mente cuando repasa su trayectoria?

Recuerdo, con orgullo y cariño, un asunto civil, un divorcio en el que la relación era muy tóxica, arrastraba muchos años de discusiones y ambos solo querían su propio bienestar, llegando al punto en el que se habían “olvidado”, en cierta manera, de lo que era mejor para su hijo y egoístamente cada uno quería la guarda y custodia exclusiva a su favor. Tras meses de gestiones, entrevistas, reuniones, etc., todo acabó bien, estableciéndose una guardia y custodia compartida, y el menor hoy me consta que es muy feliz disfrutando, en igualdad, de la compañía de su padre y de su madre, e incluso la relación entre los progenitores es mucho mejor que cuando los conocí.

En estos asuntos de familia, en los que considero que hay mayores odios, rencores y desavenencias, es necesario sentarse a hablar las cosas tranquilamente y valorar el bienestar de los hijos en común, y que lo primero no sea, como ocurre en muchos casos, acudir a la vía judicial sin mediar palabra.